Crear un libro perfecto para su autopublicación

Crear un libro perfecto para su autopublicación

Alessandro Bonaccorsi Publicado el 5/22/2023

Consejos y trucos para hacerlo a lo grande

La autopublicación la realizan cada vez más autores en todo el mundo: no solo novelistas esperanzados o sedicentes gurús con una grotesca marca personal, sino autores que escriben para divulgar, contar y describir a comunidades, más o menos grandes, dispuestas a escucharlos.

El self-publisher, como se dice en inglés, es ahora una figura reconocida en el panorama editorial y ya no se ve como un aficionado en busca de fama. Se trata de personas respetadas, profesionales, académicos, investigadores y escritores válidos que publican por su cuenta textos que de otro modo el mercado editorial ignoraría, ya no por una cuestión de calidad sino por lógicas de marketing y ganancias demasiado pequeñas. El mercado editorial no siempre tiene buen ojo y, en ocasiones, el mundo de los autores que publican sus propias obras produce auténticos casos editoriales.

Si tú también eres autor de un libro y estás pensando en publicarlo, en este artículo encontrarás consejos útiles sobre cómo prepararlo para poder imprimir un producto de alta calidad.

EL CUIDADO DE LOS TEXTOS

Todo libro debe tener buenos textos para poder ser interesante. Lo que no quiere decir que tengan que ser originales o dignos de un premio Nobel, sino que puedan ser de interés para el público.
Sin embargo, para captar la atención del público, no basta con una buena historia o un tema de moda: la lectura debe ser fluida y no debe haber faltas de ortografía, errores tipográficos ni palabras incorrectas. En definitiva, se debe respetar la gramática y el lenguaje debe ser comprensible.

Los libros pueden autopublicarse muy fácilmente a través de numerosos servicios y sitios web especializados.
Fuente: fotografía de Nick Morrison en Unsplash

La fase de revisión del texto es fundamental: la edición es el conjunto de procesos que permiten comprobar lo que está escrito y corregirlo.

La primera edición que hay que hacer es la revisión de la ortografía del texto. Cualquier software de escritura tiene un corrector de texto automático que corrige o al menos señala cualquier error ortográfico con lápiz rojo.

La segunda edición es la del sentido y significado del contenido, su estructura y coherencia. Un editor profesional sabe trabajar bien estos aspectos y es capaz de hacer grandes mejoras en un texto incluso cambiando solo la posición de una oración.

La tercera fase de edición es la de preparar el texto para la maquetación: al utilizar la herramienta de búsqueda de texto con el software de escritura es necesario eliminar espacios dobles y triples, corregir apóstrofos y acentos (hay quien escribe en lugar de ti) y luego eliminar cualquier color, enlace, estilo u otra «suciedad» del archivo para limpiarlo. Esta parte es importante cuando se va a importar el texto en el software de diseño.

Software para editar

Las opciones son muchas y algunas son obvias, como Microsoft Word, pero para textos simples cualquier software de procesamiento de textos está bien. Un consejo que puedo dar es usar aplicaciones que guarden constantemente el archivo de forma remota, para no perderlo nunca y tener todas las revisiones disponibles. Además, en este caso la elección es amplia, desde Google Docs hasta aplicaciones más estructuradas como Notice o Evernote.

LA CREACIÓN DEL LIBRO: MAQUETACIÓN

Para que un texto se convierta en un objeto-libro, hay que maquetarlo, lo que significa insertarlo correctamente en las páginas que posteriormente formarán el libro físico.

En el final de esta sección doy un consejo sobre el software que se debe usar en esta fase. Lo más importante es saber que los libros se han impreso desde 1450 (el año convencional en el que se supone que Johannes Gutenberg imprimió el primer libro usando tipos móviles), por lo que son casi 600 años de experiencias en las que se han cristalizado reglas y normas que es bueno conocer. Los libros son uno de los objetos que mejor conocemos los seres humanos y equivocarnos en su creación puede hacer que nuestro libro no sea digno de atención.

Frontespizio del libro di Galileo Galilei
Fuente Wikipedia

El libro está compuesto por partes bien codificadas y reconocibles, tanto que hay una nomenclatura (que puede asumir distintos términos según el país). Una búsqueda por internet puede ayudarte a comprender qué son y para qué se usan encabezados, portadas, ojales, colofón, etc.

Cuando llega el momento de introducir el texto en un software de maquetación, ya debemos tener decididas al menos dos cosas sobre el libro: el número de páginas y su formato, es decir, su tamaño. Una decisión influye en la otra, por lo que siempre es mejor crear ya un presupuesto de impresión para continuar con el procesamiento.

Captura de pantalla de un presupuesto para la autoimpresión de un libro en el sitio web de Pixartprinting
Captura de pantalla de un presupuesto para la autoimpresión de un libro en el sitio web de Pixartprinting

LA IMPRESIÓN

Una vez maquetado el libro es necesario exportarlo en formato PDF para poder enviarlo a imprimir. En este punto solo queda esperar la entrega de las cajas, abrirlas ¡y disfrutar del olor a libro recién horneado!

En realidad, en esta fase existen otras trampas que pueden hacer que el libro de producción propia acabe siendo un objeto de mala calidad.

Saber elegir el papel es fundamental: para ahorrar dinero, muchos optan por el papel estucado, que resulta en páginas más o menos brillantes, desagradables al tacto y que reflejan la luz en lugar de absorberla. Los mejores papeles para imprimir un libro definitivamente son los no estucados. También pueden ser interesantes los papeles reciclados u otros tipos más valiosos. La elección del papel establece la importancia del contenido y puede aumentar su valor.

La otra cosa a tener en cuenta es la cubierta: dura o blanda. ¿Harás una de tapa dura o de bolsillo? La elección es clave, no solo para que el objeto sea más o menos importante, sino porque, por ejemplo, un número de páginas pequeño puede necesitar una tapa dura. Fíjate en los libros ilustrados para niños: suelen tener tapa dura porque contienen de 32 a 48 páginas y si tuvieran tapa blanda se deformarían y arruinarían en pocas lecturas. Por ello, deben ser resistentes y poder exhibirse o almacenarse en posición vertical.

La cubierta de un libro: antes sólo se podía imprimir a través de editoriales, ahora cada vez más a través de la autopublicación
Fuente: fotografía de Fabien Maurin en Unsplash

EL MEJOR CONSEJO DE TODOS

Precisamente porque llevamos ya siglos y siglos produciendo libros, nadie se espera que tu libro de producción propia deba innovar o revolucionar el mundo editorial. Por tanto, trata de crear un libro lo más «normal» posible, es decir, que esté producido siguiendo las normas establecidas.

Para entenderlos mejor, además de investigar en internet (hay muchos recursos y artículos para quien quiera autoproducir un libro), el mejor consejo es mirar los libros de las mejores editoriales y tratar de entender sus secretos.

Mira los libros que ya tienes en casa, ve a la librería y hojea páginas para encontrar esas reglas fundamentales, siéntate cómodamente en la biblioteca de tu ciudad, observa, estudia y toma notas.

Una libreria, ricca di libri pubblicati da editori ed da self-publisher
Fuente: fotografía de Ria en Unsplash

Al final, como nos dicen los mejores diseñadores gráficos del mundo, la estructura y el diseño del libro no deben distraer la atención del lector para que pueda centrarse en el placer de la lectura.

¡Mucha suerte!