#AlbumCovers: La portada de The Freewheelin’ de Bob Dylan

#AlbumCovers: La portada de The Freewheelin’ de Bob Dylan

Giovanni Blandino Publicado el 8/1/2025

#AlbumCovers: La portada de The Freewheelin’ de Bob Dylan

Ese momento de juventud. De una juventud muy concreta, en un periodo histórico muy concreto y en una ciudad muy concreta. Nos encontramos en Nueva York, en 1963, donde dos jóvenes enamorados (y muertos de frío) caminan abrazados al atardecer por una calle congelada. Una imagen que refleja toda la fuerza de una portada que se quedó grabada en la memoria de millones de personas, y no solo porque sea la portada de un disco que hizo historia. Hablamos, por supuesto, de la portada de The Freewheelin’ Bob Dylan, el segundo álbum del cantautor estadounidense y ganador del Premio Nobel de Literatura.

El álbum se estrenó el 27 de mayo de 1963. Se trataba del segundo disco de Bob Dylan (su primer disco fue, sobre todo, de versiones de clásicos del folk), y fue el que consagró al músico como la voz de una generación. Una etiqueta que, todo hay que decirlo, nunca le gustó a Dylan. The Freewheelin’ es un álbum con mucha fuerza, muy ligado a la tradición folk. Al mismo tiempo, este disco consiguió reflejar a la perfección los cambios, las inquietudes y las esperanzas de la época histórica en la que vivía Dylan. El álbum contiene algunas de las canciones más famosas de Bob Dylan, como Blowin’ in the Wind, su himno pacifista, y Masters of War, una dura crítica a la industria armamentística. También podemos encontrar A Hard Rain’s a-Gonna Fall, que transmite una sensación sombría, como cuando está a punto de llover a mares, la pegadiza Don’t Think Twice, It’s All Right, dedicada a Suze Rotolo, y la misteriosa Girl from the North Country. Fue la primera vez que el mundo pudo apreciar el poder de las letras y los arreglos musicales de Bob Dylan.

¿Cómo se hizo la foto de la portada de The Freewheelin’ Bob Dylan?

Si queremos hablar de los entresijos de la portada de The Freewheelin’ Bob Dylan, tenemos que empezar por el autor de la foto. El encargado de tomarla fue el fotógrafo de Columbia Records, Don Hunstein, famoso por muchos de sus trabajos fotográficos ligados al mundo de la música en los años 60. Por ejemplo, las portadas de músicos de jazz como John Coltrane o Thelonious Monk fueron obra suya. Don Hunstein también fue el encargado de la portada del primer álbum de Bob Dylan. En esa ocasión, trabajó con el mismo director artístico: John Berg.

Una de las tomas de la sesión de fotos para la portada de The freewheelin’ de Bob Dylan. Imagen: stonemusic.it

El lugar donde se hizo la fotografía fue Jones Street, que se encuentra en el animado barrio neoyorquino de Greenwich. En aquellos años, Greenwich era el centro neurálgico de la revolución artística, política y cultural que se estaba cocinando en la Gran Manzana. Justo en la esquina con West 4th Street, estaba el apartamento donde vivía en esa época Bob Dylan con Suze Rotolo, su pareja de entonces y la otra protagonista de la portada. Al principio, lo montaron todo para hacer la toma dentro del apartamento. Sin embargo, Hunstein, tras hacer algunas fotos en el interior, le propuso a ambos salir a dar una vuelta. Fue entonces cuando surgió la famosa pose de Bob Dylan con las manos en los bolsillos del pantalón y Suze cogiéndole el brazo.

Portada de The FreeWheelin’ Bob Dylan (1963) con la foto de Don Hunstein. Imagen: amazon.it

Hacía frío, como se puede apreciar por el gesto tenso de Bob Dylan y por la nieve que cubría la calle. De hecho, la sesión de fotos se hizo una tarde de febrero. Suze Rotolo recordaba que tuvo que ponerse varias capas de ropa (incluido un jersey de Dylan y un abrigo verde), y por eso, según ella, al final acabó pareciendo una salchicha, porque iba embutida. Bob Dylan, en cambio, optó por dar prioridad a la imagen: ¡era evidente que se estaba congelando con esa chaquetita que llevaba!

Suze Rotolo: coprotagonista (imprevista) de la portada de The Freewheelin’ Bob Dylan

La portada de The Freewheelin’ Bob Dylan tenía algo nuevo, algo distinto. Tal vez por eso se quedó tan grabada en nuestras mentes. Quizá fue la espontaneidad del gesto, o el mérito del fotógrafo por haber inmortalizado un momento tan íntimo e informal. Eso, para la época, era una completa novedad.

Suze Rotolo y Bob Dylan en su apartamento del barrio de Greenwich en Nueva York, 1963. Imagen: rollingstone.com

Como contaba Suze Rotolo, en aquella época, la mayoría de las portadas de los discos eran fotos muy planificadas, muy posadas. Sin embargo, la foto que se eligió para este álbum era totalmente diferente. Según Don Hunstein, la toma salió tan bien justamente por la presencia de Suze, que hizo que Dylan se sintiera más relajado. Y es ahí donde descubrimos que la icónica portada también fue fruto del azar: no estaba planeado que Suze apareciera en la portada.

Suze no solo fue una figura clave para la portada y para el disco, sino para la vida misma de Bob Dylan durante aquella etapa. La pintora italoamericana era la pareja de Dylan. Hija de inmigrantes italianos comunistas, estaba muy comprometida con la política y fue la que introdujo a Bob Dylan, que en aquella época era un joven de veinte años recién llegado a Nueva York desde Minnesota, en los movimientos por los derechos sociales. Dylan le enseñaba las letras de sus canciones a Suze para que las revisara, además de escribirle largas cartas de amor y soledad durante su viaje a Italia de 1962. La relación terminó en el verano del 63, aunque Dylan pareció seguir muy ligado a ella durante años.

La portada de Freewheeling’ de Bob Dylan: una de las más imitadas y comentadas

Guiño a la portada de Freewheelin’ en el cómic Escuadrón Suicida, 2017. Imagen: ironicsans.beehiiv.com

Parece que fue el propio Bob Dylan el que eligió la imagen de la portada de entre las muchas fotos que hizo Hunstein aquella tarde de 1963. Eso sí, la sesión se hizo a toda prisa porque el sol ya se estaba poniendo. Puede que Dylan la eligiese porque la pose le recordó a una foto legendaria de uno de sus ídolos, el actor James Dean, obra de Dennis Stock en 1954 en Times Square.

La famosa foto de James Dean en Times Square, tomada en 1954. Una posible inspiración para la elección de la portada de The Freewheelin’ Bob Dylan. Imagen: magnumphotos.com

Irónicamente, la portada de The Freewheelin’ ha acabado convirtiéndose en una de las portadas más imitadas, comentadas y homenajeadas de la historia. La famosa pose de Bob Dylan se hizo tendencia en TikTok hace algunos años, y un sinfín de cómics han homenajeado a esta icónica foto durante las últimas seis décadas. Incluso la marca de ropa Levi’s llegó a vender una réplica exacta de los vaqueros que llevaba Dylan en la portada.

En el cine, uno de los homenajes más conocidos a la portada lo hizo el director Cameron Crowe en su película Vanilla Sky, en la que Cameron Diaz y Tom Cruise recrean esa misma escena.

Homenaje a la portada de Freewheelin’ en Vanilla Sky (2001). Imagen: tumblr.com

Otra película que le debe muchísimo al disco The Freewheelin’ es A propósito de Llewyn Davis, la obra de 2013 dirigida por los hermanos Coen en la que se narra una semana en la vida de un joven músico folk en el barrio Greewich de 1961. La paleta de colores que se eligió para la película está inspirada en los tonos de la portada del álbum, a la que, además, se le rindió homenaje en el cartel original de la película.

Cartel de A propósito de Llewyn Davis, la película de los hermanos Coen de 2013, inspirado en la portada de The Freewheelin’ Bob Dylan. Imagen: imdb.com

Y, si seguimos hablando de cine, la película sobre Dylan de 2007, I’m not there, dirigida por Todd Haynes, como la película bibliográfica de 2024 A complete Unknown, dirigida por James Mangold, repasan la vida de Bob Dylan durante los años en los que se tomó la famosa foto.

Otros dos cómics que rinden homenaje a la portada de Bob Dylan: Los 4 Fantásticos, en un número antiguo de 1975, y el cómic italiano Dylan Dog de 2020. Imágenes: ironicsans.beehiiv.com

En definitiva, entre su lado más poético y el impacto que causó en el mundo más pop, la portada de The Freewheelin’ Bob Dylan no ha parado de hacernos soñar con los ojos abiertos, evocando una época pasada y, quién sabe, quizás la esperanza de un nuevo amor.

¿Vosotros también le tenéis un apego especial a esta portada? ¿Ha inspirado alguna de vuestras creaciones? ¿Suspiráis con una sonrisa cada vez que la veis?