Imprimir y protestar en la era digital

Imprimir y protestar en la era digital

Tanita Wensky Publicado el 10/11/2018

Ya a mediados de la década de 1930, Alexey Brodovitch, un icono del diseño estadounidense de origen ruso, inició un cambio radical de la revista femenina Harpers Bazaar como director artístico. No solo revolucionó el diseño de la revista, sino que también jugó un papel clave en la implantación del diseño gráfico moderno en Estados Unidos. Su trabajo convirtió a la revista en una de las primeras publicaciones importantes en combinar diseños dinámicos con las tipografías sans serif. Trabajó con fotografías de alto contraste que emulaban el estilo cinematográfico y rompió las reglas del diseño editorial modernista de aquel momento, combinando la fotografía de moda y siluetas de texto abstracto. Sin embargo, el alcance de Brodovitch en el campo de las artes gráficas no terminó en las salas de estar: en la década de 1950, este diseñador editorial fue homenajeado en el clásico de Hollywood Funny Face, en el que se inspira el personaje de Dovitch.

En las últimas décadas, no solo ha cambiado el público, sino también los contenidos, el diseño y las estructuras de publicación de las revistas femeninas. Hoy existen nuevas opciones de publicación de forma independiente: esta vía no solo aporta frescura al diseño editorial, sino que también fomenta una mayor flexibilidad en cuanto a nuevas perspectivas en los temas tradicionales.

Fruto de las revoluciones del diseño impreso del último siglo, hoy existen más revistas que nunca hechas por y para mujeres. Podría decirse que la impresión está en auge precisamente a causa de la digitalización. No en vano, los blogs recurren al crowdfunding para minimizar los costes de sus primeras ediciones impresas y emplean las redes sociales para llegar a sus primeros lectores. Debido a sus tiradas en ocasiones muy cortas, las revistas impresas dependen mucho menos de la publicidad que las revistas más veteranas y reconocidas.

Las revistas femeninas independientes son capaces de reinventarse con más libertad gracias a las estructuras digitales y llevan a gala esta posibilidad con un minimalismo radical, técnicas de antidiseño y una nueva estética en el diseño gráfico. Así como el pionero del diseño Brodovitch dejó su huella en el diseño gráfico en la década de 1950, también la industria editorial se ve influenciada por el diseño de muchos ejemplos actuales. Si hablamos de la edición de revistas femeninas, la edición impresa no está muerta, sino que se está convirtiendo en una forma de protesta. Las siguientes revistas se oponen a las convenciones y actúan a modo de nuevas voces en un mercado que no está tan saturado.

The Gentlewoman

The Gentlewoman se considera a menudo como la joya de las revistas femeninas independientes. La revista debe su título a una revista femenina ilustrada del siglo XIX y, al igual que su epónimo, es reconocida por la calidad de sus textos y un estilo propio en las entrevistas. Su diseño se debe al equipo liderado por el director creativo Jop van Bennekom y la directora artística Veronica Ditting. La portada de la revista contrasta notablemente con las de las revistas de papel cuché de las grandes editoriales: sus artículos son muy extensos y se centran en la presentación de mujeres de campos como los negocios, la política y el deporte. Sus cuidadas secciones de fotos son más cortas, pero también contienen menos emplazamientos de productos. Se mantiene el diseño de la portada, pero brilla en un color diferente en cada edición. La portada apenas exhibe la cabecera y el nombre de la persona presentada; el color de fondo abraza el retrato, que se enmarca en el centro de la portada. Por otro lado, en las páginas interiores se utiliza poca tinta y las secciones están divididas claramente por diferentes calidades de papel: un papel beige de alto gramaje en el centro y papel cuché en otras secciones. Gracias a este elegante diseño, la revista ha alcanzado un estatus de culto.

Riposte

Riposte – the smart magazine for women se distingue por una portada basada en texto en la cual solo figuran la cabecera y los nombres de las personas entrevistadas. Al igual que The Gentlewoman, esta revista británica utiliza texto en lugar de imágenes y resulta atractiva por su selección de papeles. Desde la publicación de su sexto número, cada nuevo número presenta dos diseños de portada: el clásico diseño de Riposte puramente tipográfico y una portada fotográfica. El diseño de Riposte refleja las tendencias actuales y, sin embargo, se percibe como atemporal: para ello, la revista renuncia a vender publicidad. Su diseño es obra de su directora creativa, Shaz Madani, a la cual se deben los premios y nominaciones que ya ha cosechado la publicación como, por ejemplo, el Designs of the Year Award o el European Design Award.

Girls Like Us

Quien aprecie los diseños tradicionales y un diseño gráfico discreto no encontrará lo que busca en Girls Like Us: esta revista apuesta por una tipografía poco convencional y por el antidiseño. El diseño de la portada es rabiosamente radical y se reinventa para cada número y cada tema principal, aunque sigue siendo reconocible gracias a un carácter muy propio. En los contenidos, sus creadores apuestan por las voces radicales, y no por la feminidad comercial. Al igual que muchas revistas nuevas de nuestro tiempo, Girls Like Us se mueve por la Web y, desde hace tres números, también en una edición impresa.

Womankind

Womankind socava la noción del «print is dead» (la impresión está muerta) y funciona completamente al margen de publicidad. De esa forma, sus editores disfrutan de más espacio para las ilustraciones, lo que ha supuesto para la revista una nominación a los Stack Awards. La portada y el contenido están llenos de bocetos e imágenes figurativas de las mujeres presentadas. La revista también se centra cada vez más en la fotografía y, entretanto, ya otorga su propio premio de fotografía. La profundidad conceptual de los artículos, un cuidado diseño y la calidad de las composiciones visuales han convertido a esta publicación en una de las revistas femeninas más populares de Australia.

 

Got a Girl Crush

Got a Girl Crush ha publicado siete números hasta el momento. También en esta revista, la relación con Internet tiene un papel importante, ya que surgió a partir de un blog que proporcionó al equipo editorial la oportunidad de trabajar de forma creativa e innovadora. Temas como la política, la injusticia social y la independencia consciente salen a la palestra semestralmente bajo la batuta de la directora creativa Amanda Stosz.