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En mayo de 2025, Microsoft anunció el cierre de Skype, la popular aplicación gratuita de telefonía VoIP y mensajería instantánea que revolucionó la forma de comunicarnos a distancia. La noticia causó cierta sorpresa y decepción entre sus usuarios más fieles, quienes han seguido usando la plataforma con el logo azul a pesar de la llegada de otros servicios de la competencia en los últimos años.
Lanzado en 2003 por un equipo de desarrolladores liderado por Niklas Zennström y Janus Friis, Skype presentó un servicio gratuito, confiable y fácil de usar en una época en la que las videollamadas parecían ciencia ficción y las llamadas internacionales eran muy caras.
A pesar de su enorme éxito entre el público, en los últimos años esta plataforma se ha enfrentado a la competencia de otras aplicaciones más avanzadas. En 2020, tras el fracaso de varios intentos de relanzamiento y la llegada de la pandemia de covid-19, Microsoft —propietaria de Skype desde 2011— decidió centrar sus inversiones en la aplicación Teams, más adecuada para satisfacer las necesidades de colaboración remota en empresas y centros educativos.
Pero ¿por qué una plataforma que se convirtió en un verdadero icono de la transformación digital, alcanzando 300 millones de usuarios activos mensuales en 2013, ha experimentado un declive tan rápido? Descubrámoslo repasando su historia desde sus inicios hasta la actualidad.

Una revolución en la comunicación global
Los dos inventores de Skype, el sueco Niklas Zennström y el danés Janus Friis, partieron de una idea muy clara: ofrecer llamadas por internet gratuitas en todo el mundo, garantizando la fiabilidad y la protección de datos. Inspirados por el protocolo peer-to-peer de KaZaA —la aplicación para compartir archivos de audio y vídeo que ya habían desarrollado—, el dúo emprendedor confió el desarrollo del software a un equipo de desarrolladores estonios. El lanzamiento oficial tuvo lugar en agosto de 2003 y despertó inmediatamente el entusiasmo del público: el primer día se registraron más de 10 000 descargas, mientras que un año después de su debut ya contaba con más de 10 millones de usuarios registrados. A finales de 2010, la base de usuarios superó los 660 millones de personas, y en 2014 Skype logró cubrir aproximadamente el 40 % del tráfico mundial de llamadas internacionales.
El lanzamiento de la plataforma marcó un cambio trascendental en el sector de las telecomunicaciones: mediante la tecnología VoIP (Voz sobre Protocolo de Internet), Skype ofrece la posibilidad de realizar videollamadas gratuitas en línea y llamadas internacionales asequibles a teléfonos fijos y móviles. Este avance técnico ha acortado las distancias geográficas y facilitado la comunicación entre diferentes países y continentes, tanto en el ámbito privado como profesional.
El nacimiento de Skype también abrió el camino para la difusión de la telefonía VoIP, un sistema simple, fiable y potente que rompió el monopolio de los operadores telefónicos tradicionales e hizo que las llamadas en línea fueran accesibles a cualquier persona con un dispositivo conectado a internet.

La adquisición por parte de eBay y Microsoft
El potencial de Skype atrajo rápidamente la atención de otras empresas: en 2005, eBay adquirió la aplicación por 2600 millones de dólares con el objetivo de integrarla en su plataforma para simplificar la comunicación entre usuarios interesados en comprar o vender productos en línea. Sin embargo, el experimento fracasó y, en 2011, la casa de subastas en línea vendió el software a Microsoft por 8,5 millones de dólares. El plan de la empresa de Redmond era ambicioso: integrar Skype en su conjunto de productos y convertirlo en la principal herramienta de comunicación en línea del ecosistema Microsoft, reemplazando a Windows Live Messenger.
Con el paso de los años, la multinacional estadounidense introdujo una serie de nuevas funciones, como Skype Meetings, un sistema de videoconferencias con capacidad para hasta 100 participantes; Skype Translator, un software de traducción en tiempo real para conversaciones de voz y mensajes de texto basado en inteligencia artificial; y SkypeOut, un servicio para realizar llamadas a teléfonos fijos y móviles a precios competitivos. También se añadió la posibilidad de enviar mensajes SMS a todos los operadores móviles y se lanzó Skype for Business, una aplicación dirigida a empresas y organizaciones.

También se lanzó Skype TX for Broadcasters, una versión profesional diseñada específicamente para emisoras de televisión que permite gestionar múltiples llamadas simultáneamente y garantiza una mejor calidad de señal que la versión para consumidores del software.
La fase de declive
A pesar de los esfuerzos de Microsoft por integrar nuevos servicios y hacer la plataforma más escalable y eficiente, Skype ha encontrado varios obstáculos a lo largo de su historia. La fragmentación de las versiones disponibles, la baja estabilidad en dispositivos móviles, la disminución de la usabilidad con el tiempo y el aumento del coste de las llamadas a números tradicionales han perjudicado a la aplicación en comparación con software de la competencia que había entrado en el mercado entretanto: FaceTime, WhatsApp, Google Hangouts (posteriormente renombrado Meet) y Zoom.
Con la pandemia de covid-19, el declive de la plataforma se aceleró drásticamente: mientras el mundo entero se veía obligado a confinarse en casa, la competencia entre las grandes tecnológicas por dominar el sector de las videollamadas se intensificó. Microsoft decidió centrarse por completo en Teams, la aplicación de videoconferencias integrada con Office 365 que ofrecía funciones avanzadas para el teletrabajo. En pocos años, Teams se convertiría en la principal herramienta de Microsoft para la comunicación y la colaboración documental en empresas y centros educativos. A partir de 2021, la multinacional dejó de desarrollar nuevas funciones para Skype, limitándose a mantener la aplicación activa hasta anunciar oficialmente su descontinuación a principios de 2025.
El impacto cultural
La llegada de Skype introdujo las videollamadas en línea a escala global, revolucionando la forma en la que nos comunicamos e interactuamos, hasta el punto de que el término «skyping» se ha convertido en parte del lenguaje cotidiano en muchos países. Gracias a esta plataforma, millones de familias, parejas y profesionales han descubierto que pueden viajar a través de cualquier frontera geográfica con la rapidez de un clic.
La aplicación también fue una de las primeras herramientas adoptadas para el aprendizaje a distancia: permitió realizar lecciones en línea, cursos de idiomas y sesiones de tutorías individuales, promoviendo la educación y el intercambio cultural entre diferentes países.

Finalmente, Skype nos ayudó a familiarizarnos con muchas de las funciones de las plataformas de comunicación en línea actuales: llamadas por internet, chat, compartir pantalla y colaboración en documentos compartidos. En cierto sentido, fue nuestro campo de entrenamiento para el confinamiento y el posterior auge del teletrabajo.
Durante años, Skype ha sido la aplicación más popular para parejas con relación a distancia, estudiantes Erasmus y sus familias, y profesionales que viajan o teletrabajan, dejando una huella imborrable en nuestros recuerdos, además de un inevitable toque de nostalgia.
