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El collage es una técnica bastante sencilla, al menos en apariencia. Consiste en coger un soporte, ya sea una tela, una escultura tridimensional o hasta un lienzo digital, y pegar fragmentos de todo tipo encima: páginas de periódicos, recortes de fotografías, papeles o los materiales más dispares que se te ocurran. Todo esto puede hacerse de manera totalmente aleatoria.
Estos fragmentos, colocados en una nueva imagen, suelen crear algo nuevo y sorprendente: adquieren nuevos significados, sorprenden y a veces inquietan. ¡Ahí radica el arte del collage!
En realidad, la técnica del collage es una invención relativamente reciente: tiene poco más de 100 años de vida. Se dice que fue el cubista Georges Braque el que la inventó, inspirado por una tienda de papel pintado de Aviñón. Pero ¿fue realmente así?
Hoy te vamos a acompañar en un breve recorrido por la historia del collage, además de mostrarte numerosas obras. ¿Estás listo para dejarte inspirar?
El primer collage de la historia: Braque utiliza papel pintado para paredes
La técnica del collage artístico nace con las vanguardias pictóricas de principios del siglo XX y tiene dos padres: Pablo Picasso y Georges Braque. Según muchos entendidos, el primer collage artístico que se creó en la historia fue la obra Naturaleza muerta – Bach de Georges Braque en 1912.
Hay quienes cuentan que el surgimiento de esta nueva técnica artística se dio gracias a un paseo de Braque por las calles de Aviñón y su paso por una tienda de papel pintado. Allí fue donde el artista francés vio un papel especial con textura de madera, se enamoró, lo compró y empezó a experimentar con él de inmediato, recortando trozos y pegándolos en grandes dibujos a carboncillo.
La técnica, llamada en ese momento «papier collé» (papel pegado, en francés) era algo totalmente novedoso y supuso una inesperada ruptura con el arte figurativo. Braque le mostró sus obras a su buen amigo Pablo Picasso, que se quedó impresionado, por lo que también empezó a experimentar con el collage artístico.
Los collages de Pablo Picasso: ¿por qué no incluir una cuerda como marco?
Pablo Picasso no tardó en llevar esta técnica al límite: utilizó distintos tipos de papel, partituras musicales, partes del cuerpo, rostros o papel pintado, entre otros elementos. En la obra Naturaleza muerta con silla de rejilla, de 1912, utilizó también una cuerda como marco. Era el comienzo del siglo XX y todo esto no se había visto nunca antes.
El nuevo uso de productos de uso cotidiano (como periódicos, papel pintado y otros productos comunes como las partituras) inspiró a distintos pintores de diferentes vanguardias: el futurista Giacomo Balla crea lo que él llama «papel de colores», mientras que Umberto Boccioni pinta escenas de guerra directamente sobre papel de periódico.
Los «cadáveres exquisitos» del surrealismo: el collage como juego creativo
Los collages también pueden ser un juego creativo muy poderoso y así los utilizaron los pintores surrealistas. Muchos collages artísticos se crearon, por ejemplo, un fin de semana en concreto de febrero de 1938, cuando los artistas surrealistas André Breton, su segunda esposa Jacqueline Lamba y Yves Tanguy se reunieron para probar la famosa técnica compositiva de los cadáveres exquisitos (en francés, cadavre exquis).
Este recurso creativo era algo totalmente lúdico: los pintores (por lo general, tres o cuatro) se reunían alrededor de una mesa y componían una frase o una imagen añadiendo cada uno una palabra o un recorte sin ver lo que los demás ya habían colocado. En cambio, otras veces, estos cadáveres exquisitos se creaban colaborando juntos en una misma figura.
También hay ejemplos de collages en otras vanguardias pictóricas. Una de las pocas artistas dadaístas, la alemana Hannah Höch, utilizó esta técnica como provocación política y creó obras maravillosas usándola.
Los collages son arte pop: la segunda mitad del siglo XX
La técnica del collage siguió inspirando a los artistas incluso después de la Segunda Guerra Mundial. En concreto, a los artistas del arte pop: un movimiento artístico que utiliza numerosos objetos e imágenes de la vida cotidiana.
Por ejemplo, los collages del artista estadounidense Robert Rauschenberg son famosísimos. Según cuentan, el pintor llevaba a su estudio todos los objetos que le interesaban y que veía por las calles de Nueva York y allí se convertían en parte de su obra.
Unas décadas más tarde, en los años 80, el artista pop británico David Hockney se convirtió en uno de los primeros en experimentar con la técnica del collage fotográfico, creando obras que son emblemáticas a día de hoy. Eran imágenes muy grandes, creadas haciendo una composición con diferentes recortes y superponiendo fotos.
En esa misma época, el collage también fue una influencia para los directores de cine y se convirtió en una de las técnicas cinematográficas más extrañas de la historia. Un ejemplo son los collages animados de Terry Gilliam, que acompañaban a los surrealistas sketches y películas del colectivo cómico inglés Monty Python [aquí hablamos de la historia de Terry Gilliam y de sus collages].
Collages contemporáneos: una técnica que sigue viva
La técnica del collage no parece haber pasado de moda, más bien es una especie de fuerza creativa que te hace reinterpretar los elementos de nuestra vida cotidiana.
Tenemos, por mencionar algunos ejemplos, los collages tipográficos del diseñador italiano Lorenzo Petrantoni o los seres imaginarios (Imaginary beings) de la ilustradora estadounidense Johanna Goodman: innumerables creaciones surrealistas y extravagantes que se presentan como prendas de vestir hechas de nubes, paisajes, rocas y trenes.
El artista griego Charis Tsevis, en cambio, utiliza imágenes, material publicitario y revistas de las décadas de los 50 y los 60 como material para sus creaciones más nostálgicas de esos años. Este tipo de collages también se llaman fotomosaicos. El artista francés Julien Pacaud realiza collages digitales totalmente hipnóticos, mezclando imágenes vintage con arte geométrico y paisajes surrealistas. Deborah Stevenson utiliza el estilo clásico del collage en papel, mezclando de forma irónica imágenes de obras de arte que se han vuelto emblemáticas con otras imágenes de anuncios y periódicos.
Por último, una de las principales artistas contemporáneas africanas, la keniana Wangechi Mutu, utiliza la técnica del collage para crear misteriosos rostros de mujeres que parecen tener signos, lenguajes y deseos totalmente contradictorios. En sus collages hay de todo: identidad cultural, moda, política e historia colonial.
¿A ti también te entusiasma la técnica del collage? ¿Tienes algún artista que añadir a la lista que te inspire en tus propias obras?