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Cuando pensáis en el color blanco, ¿qué se os viene a la mente? Calma, inocencia, perfección… Puede que hasta ausencia, como la inexistencia de color, por ejemplo. Pero la física nos dice justo lo contrario: el blanco, en realidad, es la suma de todos los colores. Y, aunque esta tonalidad tan especial es muy popular para las religiones por ser un símbolo de pureza, en la cultura popular se ha utilizado a menudo con el objetivo de escandalizar.
La historia del blanco está llena de sorpresas. ¡Vamos a descubrir juntos sus anécdotas y usos más curiosos!
¿Qué color es el blanco?
El color blanco es, sin duda, un color muy especial. Si lo que nos preguntamos es qué tipo de color es, quizá deberíamos reformular la pregunta, como en el caso del negro, y decir: ¿el blanco realmente es un color? La respuesta corta es que sí, el blanco es un color. Aunque no es un color cualquiera: junto al negro y los grises, se lo considera un color acromático, es decir, un color sin tonalidad.

Desde un punto de vista óptico, el blanco nace de la síntesis (es decir, de la combinación) de todos los colores del espectro visible o de los tres colores primarios. Esto lo demostró por primera vez el físico inglés Isaac Newton en un famoso experimento que llevó a cabo en 1666: hizo pasar un rayo de luz blanca a través de un prisma y descubrió que el rayo se fragmentaba en los siete colores del arcoíris [aquí te contamos todo sobre el #powercolor arcoíris].
Desde el punto de vista de la psicología del color, el blanco se suele asociar con ideas de pureza, perfección, honestidad e inocencia. También es el color simbólico del más allá y del paraíso. El blanco rara vez genera emociones completamente negativas, salvo cuando se interpreta como frialdad o apatía.

Si trabajáis en el mundo digital, sabréis que el código hexadecimal del blanco es #FFFFFF. En cambio, existen distintos códigos Pantone para el blanco, entre los cuales encontramos el 11-0601 TPG, que representa un blanco brillante.
Historia del blanco: uno de los primeros colores de la humanidad
El blanco fue uno de los primeros colores que utilizó el ser humano. En las cuevas de Lascaux, famosas por sus pinturas prehistóricas de más de 20 000 años de antigüedad, y en otras pinturas rupestres similares, se utilizaban tres colores: el blanco, el negro y el rojo. Se cree que los primeros seres humanos elaboraban el pigmento color blanco a partir de minerales como el caolín o la calcita, que molían junto a huesos de animales y mezclaban con agua carbonatada, albumina, jugos vegetales y grasas animales, logrando así que el pigmento se adhiriera a las paredes de las cuevas.

A los antiguos egipcios también les atraía el color blanco. Para ellos (y para muchas otras civilizaciones posteriores), el blanco representaba lo sagrado, la pureza y la sencillez. Los animales sagrados solían representarse en blanco, al igual que ciertas vestimentas y objetos sagrados. Por ejemplo, los sacerdotes del culto a la diosa Isis vestían ropajes de un lino blanco inmaculado, mientras que la llamada doble corona que llevaban algunos faraones combinaba el blanco con el rojo.

Para los antiguos romanos, en cambio, el blanco era el color de las togas que llevaban los ciudadanos en actos públicos. No obstante, a diferencia de lo que se suele creer, la arquitectura de aquella época no era predominantemente blanca.

Actualmente, cuando pensamos en el arte clásico, como las estatuas romanas o los majestuosos templos griegos, nos imaginamos un mundo completamente blanco. En realidad, esas estatuas y templos eran blancos porque estaban hechos de mármol, pero luego se pintaban y, en aquella época, eran muy coloridos. La idea equivocada de que en aquellos tiempos todo era blanco probablemente surgió en el Renacimiento, cuando los artistas empezaron a interesarse por las ruinas de mármol blanco que aparecían por todos lados.
El blanco, el color de la espiritualidad

En la historia de los colores, el blanco es sin duda el que más se asocia con lo religioso. Tan solo hay que pensar en una de las vestimentas blancas más conocidas del mundo: la sotana blanca del papa. Según la creencia popular, se dice que el líder de la Iglesia católica empezó a usarla en 1566, cuando el papa Pío V la eligió para honrar el color de la orden de los dominicos. Sin embargo, ya había registros de papas que habían usado el blanco y el rojo tres siglos antes.

Las vestimentas de color blanco también las suelen utilizar los peregrinos de la religión islámica y del sintoísmo japonés. También es el color tradicional de las novias, tanto en la cultura occidental como en la japonesa. El blanco, además, aparece en muchas otras religiones, como en las piedras de los jardines zen del budismo, en los que el blanco simboliza la pureza.
El color blanco también es muy… ¡pop!

Más allá del ámbito espiritual, el color blanco también ha tenido sus momentos icónicos en la (mucho más terrenal) cultura pop del último siglo.
Uno de los discos más vendidos de la historia, por ejemplo, tiene una portada completamente blanca. Se trata del noveno disco de The Beatles. La famosa portada, que solo contiene el nombre de la banda sobre un fondo completamente blanco, hizo que al disco se le conociera más como «White Album», aunque su verdadero nombre es «The Beatles».
En arquitectura, el blanco siempre ha sido uno de los colores más utilizados, sobre todo en estilos como el neoclásico, el barroco o el rococó. Pero es en la arquitectura contemporánea de estilo minimalista donde el blanco es realmente el protagonista. Uno de los primeros en «imponer» esta tendencia fue Le Corbusier, el padre del modernismo.

Y, si hablamos de minimalismo en productos tecnológicos, el color blanco es uno de los grandes fetiches de Apple, que lo ha elegido para muchos de sus dispositivos más emblemáticos a lo largo de las décadas: desde los primeros Macintosh hasta los AirPods, pasando por los iMac y los iPod.

Si nos asomamos al mundo del cine y del espectáculo, uno de los momentos más icónicos del color blanco en la cultura popular está ligado al «escandaloso» vestido de Marilyn Monroe. Hablamos del vestido que llevaba en la inolvidable escena de La tentación vive arriba (1955), cuando la falda blanca se le sube por el aire que sale de una rejilla del metro.

Una simple camiseta blanca, como la que lleva James Dean en la película Rebelde sin causa (1955), se convirtió en el símbolo de los chicos malos durante varias décadas: es la misma prenda inmaculada la que llevan Fonzie y los T-Bird en el musical Grease, de 1978.
Los icónicos guantes de Michael Jackson también son de un blanco intenso, así como el inolvidable atuendo que llevaba Sharon Stone en la escena más famosa de Instinto Básico (1992).
¿Vosotros también sentís predilección por el color blanco? ¿Cómo os identificáis con este color? ¿Os imagináis usando esa energía tan especial que tiene en vuestro próximo proyecto?