7 cosas con las que se puede fabricar papel (y que no son árboles)

7 cosas con las que se puede fabricar papel (y que no son árboles)

Marco Catania Publicado el 1/4/2019

En un mundo sin papel no habría libros, billetes, fotografías, carteles, obras de arte, cajas, embalajes de cartón… En resumen, la vida sería mucho menos interesante. Pero, para fabricar el papel que necesitamos, hay que talar millones de árboles. ¿Existen alternativas a la deforestación? En realidad, no siempre se ha fabricado el papel a partir de la madera.

Por ejemplo, los egipcios lo fabricaban usando papiros; y, durante siglos, la humanidad escribió en pieles de animales. En los últimos años, la industria está volviendo a sus orígenes, explorando fibras alternativas. El «papel sin árboles» (tree free paper) está de moda.

Estos son algunos materiales que no te esperas con los que ya se está fabricando papel:

1) Con tus camisetas viejas

En 2017, la empresa italiana Moo lanzó una serie de tarjetas de visita hechas a base de camisetas viejas recicladas. El algodón extraído de tejidos en desuso produce un tipo de papel particularmente resistente, que se usa combinado con otras fibras para documentos legales que deban durar mucho tiempo o en los billetes de distintos países.

2) Con la caca de tu herbívoro preferido

La empresa estadounidense Poopoopaper comercializa papel hecho con heces de vaca, burro, caballo, alce, elefante e incluso panda. Las heces de los herbívoros contienen muchas fibras de las plantas y las frutas de las que se alimentan estos animales. Mediante un proceso de limpieza y filtrado, se obtiene un espléndido papel (¡totalmente inodoro!). Hay quienes creen que esta técnica podría ayudar a afrontar el grave problema de la gestión de las heces de los animales de granja.

3) Con cáscaras, pieles y huesos de fruta

Pieles de naranja, zarcillos de uva, huesos de aceitunas y de frutas, cáscaras de almendras, nueces, avellanas… Con todos estos productos, la empresa italiana Favini es capaz de producir su papel «sin árboles» Crush. En general, los residuos de la agricultura que no sirven de alimento para animales o que no pueden usarse para generar biomasa, terminan quemados. Pero estos residuos son una fuente de fibras que varias empresas están usando para fabricar papel. Una línea de producción prometedora es el uso de los restos de la cosecha de plátanos.

4) Con plantas que no son árboles

En China se fabrica papel de bambú desde hace 1 500 años. Del bambú se puede extraer una pulpa totalmente similar a la del papel convencional. Esta técnica antigua ha sido transformada en negocio por empresas como la canadiense Caboo. También la caña de azúcar y el cáñamo ofrecen fibras prometedoras, ya usadas en papeles comerciales. Una planta africana de la familia del algodón, el kenaf, está llamando especialmente la atención. Una superficie cultivada con kenafs produce en un año la cantidad de fibra que la misma superficie, cultivada con pinos, produciría en veinte años.

5) Con algas

Cada año, las ciudades costeras recogen toneladas de algas acumuladas en las playas. Estos «deshechos» del mar contienen mucha celulosa, que se puede usar para fabricar papel de buena calidad. Varias iniciativas, tanto de investigación como aplicadas a productos industriales, están aprovechando esta posibilidad. Es extraordinaria la historia de un papel italiano creado en los años 90 en el contexto de un proyecto de investigación que tenía el objetivo de recoger y reciclar las algas que estaban invadiendo la laguna de Venecia.

6) Con piedras

Algunos papeles convencionales contienen polvo de minerales que los hacen más brillantes y resistentes. Pero existe un tipo de papel en el que el mineral representa más del 80 % del producto, mezclado con una pequeña cantidad de resina plástica. Este papel hecho a base de piedra ya está ampliamente comercializado por diversas empresas en productos de alta calidad.

7) Con cuero

La empresa italiana Favini ha sacado al mercado un original producto hecho a base de papel convencional reciclado y mezclado con restos de la producción del cuero. Así, el círculo se cierra, volviendo a la vieja piel como material de base para la escritura.