Viaje a una antigua fábrica de papel

Viaje a una antigua fábrica de papel

Giovanni Blandino Publicado el 11/4/2020

El papel es uno de esos materiales cotidianos que esconden tras ellos un mundo fascinante: un universo lleno de historias e inventos, viajes, intercambios, fracasos, éxitos, territorios, empresas y trabajadores. Además, el tema del papel es uno de los temas que más nos gustan y que hoy en día sigue siendo un eje de nuestra empresa.

Por todos estos motivos, hemos pensando en acompañaros hoy a un lugar muy especial. Una pequeña joya situada a los pies de los Apeninos toscanos y que nos cuenta una parte muy importante de la historia del papel, tanto en Italia como en Europa: el Museo del papel de Pescia.

fábrica de papel
Foto: Michela Osteri

La antigua fábrica de papel «Le Carte» de Pescia – que forma parte del museo y que está en una fase avanzada de estructuración – es, de hecho, única en Europa: desde el siglo XVIII, siempre han fabricado el papel a mano con un método que no ha sufrido variación alguna hasta su cierre en 1992. De esta manera, ha llegado hasta nosotros un método de fabricación de papel antiquísimo y un ejemplo de fábrica totalmente preservada.

La fábrica de papel y sus misterios

«Cualquiera que divulgue información sobre este edificio será despedido de inmediato». Esto es lo que decían los carteles que había colgados en la fábrica de papel incluso en los años noventa. El proceso de fabricación del papel se mantuvo en secreto, de hecho, durante décadas.

Este secretismo fue mucho más sencillo de lo que parece debido a que se formó una sociedad cerrada en torno a la fábrica. «Vivían familias enteras dentro del edificio», nos cuenta Massimiliano Bini, director del Museo del papel de Pescia. «Se nacía en la fábrica y se vivía la infancia dentro del edificio. Más tarde, los jóvenes comenzaban a realizar sus primeros trabajos y a especializarse en algún ámbito. Esto creó una sociedad muy cerrada a lo largo de los siglos: el papel era un misterio, un secreto que no debía revelarse».

La comunidad de la fábrica era muy distinta a la población local, aún bastante atrasada, y se caracterizaba a menudo por sus estrategias matrimoniales, diseñadas para mantener los secretos de la fabricación en un círculo pequeño.

En resumen, algo a medio camino entre la atmósfera de Twin Peaks y la obsesión por el secretismo de la receta de la Coca-Cola. Y puede que incluso con razón, en vista de que la familia Magnani, que compró la fábrica a mediados del siglo XIX, la convirtió en el punto central en el que basó su ascenso en el panorama empresarial de la época. Así fue cómo los Magnani relanzaron la fabricación tradicional del papel y se convirtieron en una de las familias más ricas de la Toscana.

Mientras tanto, dentro de la fábrica se desarrollaba toda una verdadera sociedad, con roles y tareas bien definidos: estaba el Ministro de la fábrica, encargado de supervisar todas las fases de la fabricación, el encargado de la tina, el ponedor, el laurente, el encargado de las pilas, el encargado de levantar los folios, la encargada de romper los trapos, la encargada de separar las hojas, la esparcidora, la batidora y la seleccionadora. Todo en una organización muy jerárquica.

La fábrica de papel nos cuenta su historia

Hoy en día, la fábrica de papel ya no oculta sus secretos. Todo lo contrario: nos los cuenta con un museo, con actividades didácticas, con un importante archivo y con todo un recorrido regional que sigue toda la ruta del papel desde los Apeninos hasta los puertos del Tirreno.

Aunque tan solo la estructura de la antigua fábrica de papel ya nos da mucha información sobre cómo se fabricaba el papel a mano. En la planta baja, con bóvedas de crucería, se preparaba la masa y se hacían las hojas de papel. En la primera planta, se encontraban el taller donde se realizaban los acabados y las viviendas de las familias de papeleros. La última planta se caracteriza por sus grandes ventanales con cierres regulables y era conocida como el «secadero», es decir, donde se secaba el papel.

Foto: Museo del papel de Pescia

En el interior de la fábrica de papel – construida en 1710 – siguen estando todas las herramientas de producción de los siglos XVIII y XIX. Esto la convierte en uno de los monumentos arqueológicos industriales más relevantes de toda Italia.

Un archivo de gran importancia

Por último, vamos a hablar del plato fuerte de este museo: el archivo y sus colecciones.

El archivo nos permite reconstruir la actividad económica de la fábrica, además de sus vínculos con el tejido social toscano, con la industria italiana y con los países extranjeros. Contiene ejemplos de papeles fabricados durante los tres siglos de actividad de la fábrica, además de mucha información interesante sobre ellos: cómo se fabricaron, por quién fueron encargados o a quién se vendieron.

Foto: Archivo de «La via della carta» en la Toscana

De entre todas las colecciones, probablemente la joya de la corona sean los papeles con filigranas, entre los que destaca el papel de 1812 que incluye las efigies de Napoleón y María Luisa de Austria. Otros de sus ilustres clientes fueron Alfa Romeo, Walt Disney, Visa, Armani, Banca d’Italia, Motta, ENI, AGIP y ESSO.

En resumen, si te apasiona el mundo del papel, su fabricación, su historia y sus misterios, no puedes dejar de ir a Pescia.