La curiosa historia de una infografía revolucionaria

La curiosa historia de una infografía revolucionaria

Giovanni Blandino Publicado el 1/18/2021

A menudo, damos por sentadas las herramientas que utilizamos a diario en nuestro trabajo. Pero, a veces, merece la pena echar un vistazo al pasado para comprender de qué necesidades surgieron estas herramientas y por qué se desarrollaron de esta manera. Dándole vueltas a esto, nos resultó natural profundizar en la historia de la infografía, uno de los productos visuales más utilizados actualmente en el mundo de la comunicación, el periodismo y la divulgación.

Buscando información sobre ello, nos topamos con la curiosa historia de una de las primeras infografías: se trata de un caso que combina ciencia, arte y sociedad y está ambientada en una expedición científica aventurera en América del Sur. También es la historia de una imagen que, a su manera, ha cambiado el destino de la ciencia y nuestra forma de ver la naturaleza. ¡Por eso estamos deseando contártela!

El producto gráfico que inició la ecología

El protagonista de esta historia es Alexander von Humboldt y la imagen de la que hablamos se llama Naturgemälde (en español se podría traducir como «Pintura de la naturaleza»). Alexander von Humboldt fue uno de los científicos europeos más ilustres del siglo XIX (fue amigo de grandes poetas como Schiller y Goethe y de revolucionarios como Simón Bolívar, aventurero y explorador) y su dibujo, publicado en 1807 al final de un largo viaje a Sudamérica, se considera una de las primeras infografías de la historia.

La importancia de esta representación gráfica fue mostrarnos por primera vez en la historia —de manera intuitiva, visual y global— la naturaleza que nos rodea como un conjunto de conexiones entre seres vivos. Por esta razón, el dibujo también se considera el certificado de nacimiento de la ecología y de las ciencias naturales modernas.

El dibujo se publicó por primera vez en el Ensayo sobre la geografía de las plantas de Alexander von Humboldt en 1807. Pero el primer boceto se hizo en 1802, poco después de la aventurera escalada de una de las montañas más altas del mundo.

El mundo visto desde la cima de un volcán

Cuando escaló el Chimborazo, Alexander von Humboldt ya llevaba algunos años viajando por América del Sur: había observado las costas, había ascendido ríos que aún no se habían cartografiado, había cruzado la selva amazónica y había tenido que lidiar con jaguares y terribles mosquitos portadores de malaria. Hasta que, en junio de 1802, junto a su compañero de viaje Bonpland, Humboldt se aventuró a subir a la cima del Chimborazo.

El Chimborazo es un volcán muy alto de los Andes, se encuentra en Ecuador y en la época en la que se creó la infografía se consideraba la montaña más alta del mundo (curiosamente, si medimos la altura desde el centro de la Tierra, el Chimborazo es efectivamente más alto que el Everest).

Nadie había escalado nunca esa montaña y la empresa era extremadamente agotadora, también porque en cada descanso el científico recopilaba la valiosa información que luego trasladaría en el Naturgemälde. Hay que decir que Humboldt nunca logró llegar a la cima: se vio obligado a rendirse justo debajo de la cumbre. Pero fue allí, a 5917 metros de altitud, donde tuvo la reveladora idea: vio la imagen del mundo a sus pies, imaginándolo como un todo interconectado. Y lo representó en una bellísima y afortunada imagen.

¿Qué está representado en esta nueva pintura de la naturaleza?

Pero echemos un vistazo más de cerca al Naturgemälde, que hoy sería considerado, en todos los aspectos, una infografía.

¿Que representa? En esta gran pintura, de 90 por 60 centímetros, se representa una especie de sección del continente sudamericano con los dos océanos a ambos lados: el Pacífico a la izquierda y el Atlántico a la derecha. Sin embargo, la atención se centra en una montaña en particular: el Chimborazo.

La montaña, con su cima lisa y nevada, está finamente dibujada en sección y muestra en su interior la distribución de las diferentes especies de plantas según la altitud: comienza por el subsuelo y llega hasta la cima, a más de 6000 metros por encima del nivel del mar. Luego se enumeran algunas plantas subterráneas, antes de pasar a la selva tropical y sus flores multicolores que, subiendo en altura, dan paso a las praderas, hasta superar los 4000 metros de altitud donde solo se encuentran líquenes.

El Naturgemälde publicado por Alexander von Humboldt en 1807

Junto a este dibujo, Humboldt enumera información útil para dar un contexto más amplio a esta información. Incluye datos de altitud y otras medidas de luz, geología del terreno y presión atmosférica. También incluye referencias altimétricas de las montañas más famosas de la época —como el Vesubio o el Mont Blanc— y la altitud alcanzada por Antoine Gay-Lussac en su famosa y aventurera ascensión en globo aerostático hasta 7016 metros sobre el nivel del mar.

Para terminar, también enumera los diferentes animales que pueblan los entornos en las diferentes altitudes.

La importancia de pensar —y comunicar— visualmente

En resumen, en un único dibujo, gráficamente valioso y cautivador, se resume información sobre campos muy diferentes entre sí: desde la botánica hasta la comparación visual con altitudes conocidas por los observadores, hechos curiosos y datos más técnicos.

Incluso hoy en día esta imagen sería considerada una infografía perfecta, ya que logra correlacionar diferentes conocimientos y darle una visión única, todo esto aprovechando la formidable capacidad de síntesis de una imagen.

Otra representación gráfica realizada por Alexander von Humboldt

En el siglo XIX supuso una auténtica revolución, no solo desde el punto de vista gráfico: por primera vez, alguien había conectado entre sí los diferentes sectores de la naturaleza y había proporcionado una imagen tangible y explicativa. Con este dibujo nació el concepto de ecosistema, en el que todo está interconectado y en el que cada acción tiene consecuencias a nivel global.

Es un concepto que tuvo una gran repercusión, tanto es así que hoy vemos la naturaleza de esta manera. Puede que la repercusión de esta idea también sea, en parte, gracias a la imagen con la que fue descrita.

Para conocer más sobre la historia de este dibujo y de Alexander von Humboldt, te recomendamos el libro «La invención de la naturaleza» de Andrea Wulf (Luiss University Press). Aquí encontrarás el archivo del Naturgemälde, de dominio público, en un formato adecuado para imprimir.