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10Litografía: qué es la impresión litográfica y cómo funciona
¿Qué es la litografía? ¿Cómo funciona el proceso de impresión litográfica? Hoy queremos tratar en detalle una técnica antigua, pero aún viva. Empezaremos por el significado de litografía, puesto que la propia palabra ya nos ofrece una pista sobre la protagonista de la técnica; después, repasaremos las distintas fases del proceso y veremos cómo ha evolucionado con el tiempo. Si tienes curiosidad, ¡síguenos!
¿Qué es la litografía?
Empezamos analizando la palabra, que deriva dal griego y surge de la fusión de dos términos: lithos, que significa piedra, y ghafhé, que significa escritura. Así ya hemos desvelado el protagonista: la piedra.
El proceso de impresión litográfica es utilizado por primera vez en 1796 por Aloys Senefelder (Praga,1771 – Múnich, 1834). La técnica se ha usado mucho (y todavía se usa) en el mundo del arte, dado que permite reproducir varias copias, incluso en color, de dibujos realizados a mano alzada. Son muchísimos los artistas que a lo largo del tiempo han creado maravillosas litografías. Solo por citar algunos nombres: Georges Braque, Marc Chagall, Salvador Dalí, Francisco de Goya, Paul Klee, Édouard Manet, Joan Miró, Edvard Munch y Pablo Picasso.
Pero ¿cómo funciona este proceso de impresión «química»? Ahora mismo lo vamos a ver.
Dentro del proceso de impresión litográfica
El principio en el que se basa la litografía es de naturaleza química, sencillo y conocido por todos: el agua y las sustancias grasas u oleosas se repelen mutuamente. Habiendo dicho esto, ya podemos entrar en el grueso del proceso sin perdernos.
La piedra litográfica es una piedra calcárea que se extrae de las canteras de Solnhofen (Baviera), compuesta en su casi totalidad por carbonato de calcio. ¿Cuáles son sus características? Es muy resistente, tiene un grano finísimo y es superporosa, por lo que absorbe el agua fácilmente. La piedra perfecta para la impresión no debe tener defectos, su superficie debe ser extremadamente regular y su grosor no inferior a 6 cm, de manera que se minimice el riesgo de rotura. La plancha se corta en secciones rectangulares, se pule y se le liman los bordes.
Esta que ves es una plancha litográfica. Sobre su superficie se reproduce el dibujo con lápices grasos o resinosos, también conocidos como «lápices jabonosos». Después, la piedra se cubre con talco y se moja con una solución de ácido acético y goma arábiga: el ácido acético aporta más relieve al dibujo, la goma arábiga aumenta las propiedades refractarias de la piedra a las sustancias grasas. Después, se lava la plancha y, mientras aún está húmeda, se impregna de tinta con un rodillo. Entonces, se produce una reacción química: en las zonas que no han quedado cubiertas por la tinta, el ácido transforma el carbonato de calcio presente en la piedra en nitrato de calcio, que posee propiedades hidrófilas. En cambio, en la parte dibujada, el carbonato de calcio retiene la tinta.
Acto seguido, se apoya y comprime sobre la plancha una hoja de papel para realizar la transferencia del dibujo. De esta forma, se obtiene la primera impresión litográfica, caracterizada por un trazo muy preciso y claro. Este proceso puede repetirse varias veces, incluso cientos, impregnando de tinta y humedeciendo la misma plancha.
Aquí puedes observar el resultado. Esta es una obra litográfica de Benedetto Eredi (1750 – 1812), Jesús antes de la crucifixión.
Como ya hemos anticipado, la litografía también permite la reproducción de los colores (hasta 30 en la misma obra), aspecto que ha contribuido a difundir la técnica no solo en el ámbito artístico, sino también en el de la impresión de carteles y en el campo de la ilustración de libros. La cromolitografía, tal como se denomina, es un proceso muy laborioso si tenemos en cuenta que, por cada color que se desee introducir en la obra, hay que preparar una plancha con el dibujo perfectamente reproducido. Lógicamente, cuanto más numerosos son los colores más largo se hace el proceso.
Hasta ahora, hemos hablado del original proceso de impresión litográfica. No obstante, con el tiempo, se han ido aplicando a esta técnica algunas modificaciones con el fin de que resultase más práctica y rápida. La más importante se refiere precisamente a la piedra litográfica, un material poco práctico de manipular, pesado y que puede romperse. Por este motivo, actualmente en lugar de la piedra se usan planchas de zinc y de aluminio, dos materiales que garantizan un resultado no menos perfecto. Como manda la tradición, la técnica toma su nombre del material empleado, por lo que hablaremos de zincografía, si se realiza sobre zinc, y de algrafia, si se realiza sobre aluminio.
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