Los principios básicos del diseño

Los principios básicos del diseño

Tara Roskell Publicado el 9/19/2018

Cuando estás creando un trabajo de diseño gráfico, sin siquiera ser consciente de ello, usas al menos algunos de los principios básicos del diseño. Existen puntos de vista ligeramente diferentes sobre cuántos son exactamente los principios, pero a menudo se reducen prácticamente a los mismos, solo que explicados de diferentes formas. Merece la pena que conozcas los principios del diseño, incluso aunque lleves ya un tiempo diseñando. Los puedes usar como una lista mental de comprobación para asegurarte de que tu diseño funciona bien.

1. Equilibrio/Alineación

Cuando colocas elementos en una página, debes asegurarte de que existe un equilibrio entre dichos elementos. Pero, ojo: equilibrio no significa aburrido. Por ejemplo, se puede lograr el equilibrio con un sencillo diseño centrado, como una fotografía con un texto y un logotipo centrados abajo, pero puede parecer soso (a menos que la foto sea impresionante). En cambio, un diseño asimétrico puede quedar mejor.

Piensa en cuando eras pequeño/a e ibas al parque con tus padres: cuando te subías en el balancín, el que pesaba más tenía que sentarse más cerca del centro para compensar los pesos de todos. Pues lo mismo pasa con el diseño gráfico. Un elemento gráfico más grande puede equilibrarse con otro más pequeño o con un bloque de texto con la colocación correcta.

También hay que tener en cuenta el efecto que el color puede tener en el sentido del equilibrio. Un cuadrado pequeño de color rojo brillante puede parecer tan pesado como uno gris claro mucho más grande. Así que, cuando estés trabajando en un diseño y tengas problemas para encontrar el equilibrio, prueba a cambiar la escala de intensidad de algunos de los elementos gráficos.

Para una forma más inusual de equilibrar tu diseño, también puedes organizar los elementos radialmente. Por ejemplo, si tienes una serie de fotografías y textos, los puedes dispersar alrededor de un punto central.

Las cuadrículas y las reglas son una gran ayuda para crear equilibrio dentro de un diseño. Si creas una cuadrícula con múltiples columnas, siempre puedes asegurarte de que cada uno de los elementos del diseño estén alineados con ella. Por supuesto, también puedes salirte de la cuadrícula aposta si lo que quieres es crear un sentido de confusión o inquietud.

Si te cuesta conseguir un equilibrio en el diseño, prueba a dejarlo un rato y volver a echarle un vistazo luego con la vista descansada, o dale la vuelta a la hoja y mira a ver si eso te ayuda a encontrar el motivo del desequilibrio. Si eso no funciona, muéstraselo a alguien, incluso a alguien que no sea diseñador. A veces, esa persona puede ser capaz de señalar el problema o hacer una sugerencia.

2. Unidad/Armonía

Cuando trabajas en un diseño, debes asegurarte de que los elementos de dicho diseño se vean como parte del mismo trabajo. Así que cada parte del diseño debe, de alguna manera, estar relacionada con el resto, ya sea a través del color, el estilo o la proximidad.

Y, en un mundo perfecto, cuando el cliente te facilita fotografías, todas tendrán el mismo estilo o aspecto. Sin embargo, la realidad no suele ser así, sobre todo con clientes con presupuestos reducidos, que puede que usen fotos tomadas en diferentes momentos o con diferentes cámaras. En estos casos, tienes que pensar detenidamente cómo puedes coordinar todas las imágenes entre sí para que parezcan del mismo tipo. Puedes añadir un filtro o efecto a todas las fotografías o darles una tonalidad similar. También puedes ponerlas en una forma determinada o usar un tipo de fotografías para los planos grandes y las otras para los pequeños.

Otra cosa importante en la que hay que pensar es cómo agrupar los elementos. Si pones elementos juntos, parecerá que forman parte de un conjunto y que funcionan como una unidad, como un elemento de diseño.

3. Repetición

La repetición ayuda a mantener ese sentido de unidad. Cuando trabajes en conceptos de diseño de portadas en la fase de boceto, piensa conscientemente en crear elementos que puedan utilizarse en todo el folleto.

Por ejemplo, puedes crear una forma o un símbolo para colocarlo dentro de un círculo delimitado, y después imaginar cómo usar el símbolo o variaciones de este en tu proyecto. No tiene por qué utilizarse con toda su intensidad, sino que se puede usar como marca de agua o un efecto similar. Pero también debes pensar más allá: ¿se podría usar ese círculo delimitado para viñetas o para la numeración de las páginas? ¿Podría una sección de ese círculo ser un elemento gráfico para tus encabezados? En lugar de crear una repetición fiel, variar las cosas ligeramente puede añadir un aspecto más interesante.

4. Énfasis

Cuando trabajes en un diseño, decide cuál es el elemento más importante. A veces, puede ser una decisión difícil si tu cliente considera que todo es importante.

Imagina que estás creando un póster para un espectáculo de comedia. Si el humorista es famoso, su nombre podría destacarse y usarse como el centro de atención del póster. Sin embargo, si el humorista no es conocido, en su lugar puedes destacar el hecho de que se trata de un espectáculo cómico, con el nombre del humorista como elemento secundario.

El objetivo de enfatizar estos elementos es que, una vez que hayas captado la atención de la gente, quien esté interesado en el evento, el producto o la idea lea más. Pero lo fundamental es conseguir captar la atención primero.

Seguro que has visto alguno de los vídeos de broma en los que dicen que hay que «hacer el logotipo más grande». Estos hacen referencia al cliente sin experiencia que cree que la única forma de conseguir que se vea su nombre o marca es hacer que el logotipo se vea enorme en la página. Sin embargo, existen muchas maneras más interesantes de destacar elementos de un diseño. Además de modificar la escala, también puedes poner textos en negrita, hacer que el color de un elemento sea más fuerte o más brillante o añadir más espacio alrededor.

5. Proporción

Después del principio del énfasis, una vez que hayas captado la atención con tu elemento clave, podrás modificar los tamaños y las proporciones de otros elementos por orden de importancia. La proporción no se refiere solo al tamaño de un elemento en sí, sino también el margen que lo rodea. También puedes exagerar las proporciones de las cosas para causar impresión. Imagina, por ejemplo, una foto enorme con una ilustración enana colocada en uno de los lados, pero rodeada por un espacio en blanco.

6. Contraste

El contraste no solo se crea mediante el uso del énfasis y la proporción, sino también mediante el uso de colores, fuentes y estilo. Si, por ejemplo, tu diseño está compuesto por elementos circulares, podrías introducir un elemento más angular para añadir contraste y hacerlo más interesante.

Si conoces la teoría de los colores, puedes crear un elemento gráfico en un color y luego usar un color en contraste complementario de la rueda de colores para hacer que el elemento gráfico destaque. Adobe Color CC es una herramienta que te puede servir de ayuda para elegir colores complementarios.

Cuando elijas fuentes, asegúrate de no escoger fuentes con un estilo o peso muy parecido entre sí, ya que puede acabar pareciendo un error en lugar de una elección consciente. Si tienes experiencia en el diseño, sabrás que una opción clásica consiste en combinar una fuente Serif con otra fuente Sans Serif y usarlas en tu diseño. Pero también puedes experimentar con otras combinaciones, como fuentes de estilo manuscrito usadas con moderación en combinación con tipografías Sans Serif.

Recuerdo que un diseñador novato me preguntó hace unos años: «¿Cómo sabes qué fuentes elegir?». Le dije lo que he comentado antes, que debe haber contraste, pero que el resto se sabe a base de probar y experimentar. Por suerte, ahora existen algunas herramientas que ayudan a combinar fuentes que crean contraste entre sí y que, a la vez, se complementan. Puedes echar un vistazo en FontPair, que ofrece sugerencias para combinar fuentes de Google, y en FontJoy. FontJoy es muy interesante: tiene una barra de desplazamiento en la parte superior de la página que permite buscar fuentes con más o menos contraste.

FontPair

FontJoy

7. Movimiento

Una vez que hayas decidido la jerarquía de los elementos y cuáles son más importantes, tendrás que decidir cómo dirigir la mirada del espectador sobre el diseño. Cuando antes hablábamos de balance y alineación, mencioné lo aburrido que puede resultar un diseño centrado muy básico. Esto se debe a que, simplemente, la mirada se guía de manera muy metódica de izquierda a derecha. Lo que te interesa es crear un diseño que vaya guiando la mirada, pero de una forma interesante. Podrías incorporar líneas o elementos gráficos para unir los elementos o guiar la mirada a la siguiente sección de una manera más novedosa.

8. Espacio en blanco

Con un cliente con menos experiencia, puede ser toda una batalla enseñarle que menos es más, pero es una batalla que merece la pena ganar. La mayoría de los diseñadores conoce el valor del espacio en blanco en un diseño. A menudo, cuanto más espacio en blanco contiene, más caro o lujoso parece el producto o servicio. También puede ayudar a que el texto del diseño resulte más fácil de leer. Dejar espacio en blanco alrededor de determinados elementos puede ayudar a destacarlos. También puedes experimentar usando el propio espacio en blanco (espacio negativo) para crear una forma.

Así que la próxima vez que estés trabajando en un proyecto de diseño, piensa en los principios básicos del diseño y en cómo pueden ayudarte a mejorar el proyecto que tengas entre manos.