Los folletos y la realidad aumentada: cuando el papel conversa con lo digital

Los folletos y la realidad aumentada: cuando el papel conversa con lo digital

Diego Fontana Publicado el 11/11/2020

¿Folleto en papel o digital? Este es uno de los dilemas típicos de la época en la que vivimos. Pero puede que haya llegado el momento de tirar abajo esas barreras que separan a los medios tradicionales de las herramientas tecnológicas. Hoy en día se puede tener una mayor amplitud de miras con los proyectos y descubrir que lo que se empieza a leer en papel se puede complementar con contenidos digitales muy fácilmente con los códigos QR o la Realidad Aumentada (RA). ¿Un ejemplo rápido antes de sumergirnos en la lectura? En 2014, el catálogo en papel de Ikea ya te permitía ver, entre otras cosas, los distintos colores de los muebles en la pantalla del teléfono. Pero en breve entramos en más detalles.

¿Qué nos ha enseñado la COVID-19 sobre los códigos QR?

A día de hoy, casi todo el mundo está familiarizado con el concepto de código QR. Se trata de un patrón formado por módulos oscuros sobre un fondo blanco. Solo hace falta una aplicación para poder escanearlo con la cámara del teléfono y así, acceder al contenido digital: un vídeo o una landing page, por ejemplo.
Durante la epidemia de la COVID-19, los códigos QR han pasado a ser unos valiosos aliados para la hostelería y se han convertido en un elemento de uso común entre la gente. ¿Quién no se ha sentado en una mesa y se ha encontrado con una pegatina con el código para escanearlo y poder ver el menú del día? Esto le ha permitido a los locales respetar las normas higiénicas y reducir la expansión del virus, además de confirmar que las personas de cualquier edad no tienen dificultades a la hora de usar este tipo de tecnología.
Además, ahora los códigos QR se utilizan mucho en la comunicación a nivel territorial y en las señales: hay muchísimos ejemplos de enclaves turísticos que los usan para que los visitantes puedan acceder a más información e interactuar con el lugar.

Cómo utilizar bien los códigos QR en los folletos corporativos

Los códigos QR se pueden usar de muchas formas en los folletos, folletos plegables o volantes. Entre las distintas posibilidades, podríamos enumerar las siguientes:

– Mostrar un vídeo.

– Acceder a un correo electrónico.

– Dar acceso a los perfiles de redes sociales.

– Invitar a un evento.

– Ofrecer un cupón con un código de descuento.

– Facilitar un contacto posventa.

Obviamente, una buena práctica es acompañar el código QR con un texto que invite a realizar una acción: una verdadera llamada a la acción que oriente al lector y lo involucre hasta que se alcance el objetivo. Las aplicaciones para generar códigos y para leerlos son muy numerosas y, en su mayoría, gratuitas. Solo tienes que poner en Google «generador de códigos QR» o palabras clave por el estilo para conseguir rápidamente lo que quieres.

De los códigos QR a la realidad aumentada

Los códigos QR no son la única posibilidad que nos ofrece la tecnología para hacer que los folletos en papel sean interactivos y capaces de comunicarse con los lectores. La realidad aumentada es una herramienta mucho más evolucionada que ofrece soluciones sorprendentes. Pero primero, vamos a ver en qué se diferencian la realidad aumentada de la realidad virtual. Son conceptos que a veces se confunden por error y que hacen referencia a tecnologías bastante diferentes.

Realidad aumentada (RA). Mejorar la realidad

La realidad aumentada es una tecnología que añade contenido digital a un entorno real. Podemos encuadrar con el teléfono la realidad que tenemos ante nosotros (en este caso, un folleto corporativo) y la aplicación superpone imágenes digitales, textos, vídeos u otros elementos a lo que se está observando.

Realidad virtual (RV). Sumergirse en una realidad alternativa

Para este caso, un smartphone no es suficiente. Necesitamos un visor con el que vivir la experiencia de sumergirnos en una nueva realidad, que puede no tener nada que ver con el entorno que nos rodea.

La realidad aumentada es ideal para enriquecer un folleto en papel y nos permite ir mucho más allá de lo que nos permite hacer un simple código QR. Veamos un par de ejemplos que nos pueden inspirar.

SPAM MAGAZINE e IKEA. Dos interesantes ejemplos del uso de la realidad aumentada

Para poder apreciar el potencial que tiene la realidad aumentada aplicada en medios impresos, podemos echarle un vistazo al proyecto editorial Spam Magazine, una revista en papel que nació en Milán hace algunos años con este elocuente reclamo: «Lo mejor de la web, en papel». Como se puede ver, los resultados que se pueden lograr son realmente interesantes: desde la posibilidad de mostrar un producto con distintos formatos o comprar una entrada, hasta la inclusión de contenidos con movimiento.

Los creativos que desarrollaron Spam Magazine crearon otros proyectos distintos con RA, entre los que están los Welc Maps, que son auténticas guías de ciudades que mezclan lo analógico y lo digital. Al encuadrar un lugar, se puede, por ejemplo, calcular la ruta hasta llegar al mismo.

En 2014, Ikea, que siempre está a la vanguardia en el mundo de la comunicación, fue una de las primeras grandes marcas en usar la realidad aumentada para transformar su catálogo, que se ha convertido con los años casi en un objeto de culto. Al enfocar con el móvil las páginas de papel, se podían apreciar los distintos tonos de color, comprobar las dimensiones reales de un producto y realizar la compra directamente.

A partir de ese año, en vista del éxito que tuvo el proyecto y con una sensibilidad cada vez mayor hacia lo ecológico, Ikea se embarcó en un camino que le ha llevado a que hoy en día, en el año 2020, su catálogo en papel solo está disponible en tienda, reduciendo las tiradas y buscando una integración con los medios digitales.


Integración puede que sea la palabra clave que podemos memorizar a la hora de ver el diseño con una mayor amplitud de miras, así como para recordar que los formatos en papel y digitales no deben considerarse como incompatibles, sino todo lo contrario: son dos formatos que se complementan a la hora de involucrar al público con posibilidades nuevas que están aún por explorar.