En Perugia hay un kiosco para los amantes del papel impreso

En Perugia hay un kiosco para los amantes del papel impreso

Giovanni Blandino Publicado el 12/5/2022

En Perugia hay un kiosco para los amantes del papel impreso

Conocido como el «templo del papel bello», Edicola 518 es un antiguo kiosco situado en el centro de Perugia, reabierto en 2016 después de pasar años cerrado por un colectivo muy unido con la idea de reconectar con la ciudad y lograr un renacimiento de la cultura subyacente de esta.

Hoy, Edicola 518 ofrece una selección única de revistas independientes, libros de artista, fanzines, libros y mucho más. Dentro del nicho de los productos impresos de calidad, es una empresa apreciada y de éxito; hasta el punto de que, en torno a la idea emprendedora de este colectivo, ha surgido una pequeña comunidad de seguidores incondicionales.

Hemos entrevistado a Alberto Brizioli, uno de los fundadores de Edicola 518, y le hemos pedido que nos cuente su historia, las decisiones que tomaron y alguna idea para el futuro.

Hola, Alberto. Sabemos que Edicola 518 surgió de una revista impresa. ¿Nos cuentas cómo fue?

Sí, todo surgió de una revista —que se llamaba Emergenze— en la que empezamos a trabajar en 2015. En torno a la revista se había reunido un grupo de personas de profesiones muy distintas: algunos de nosotros eran periodistas; estaba también la artista maltesa Kristina Borg; y yo me encargaba principalmente de los vídeos y las fotografías. Teníamos en común muchas experiencias en contextos lejanos del local; algunos de nosotros son umbros, otros de Milán. Pero con la revista queríamos volver, en la práctica, a reconectar con la ciudad y a explorarla. Por tanto, Emergenze hablaba de Perugia y aspiraba a hacer emerger (de ahí su nombre) las entidades subyacentes a nivel cultural.

A partir de entonces, ¿cómo continúa la historia que os llevó a fundar Edicola 518?

En poco tiempo, surgieron en torno a la revista otras cosas. Por ejemplo, la instalación «Riprendere il filo» (Retomar el hilo) creada por Kristina Borg: un hilo rojo que recorría en zigzag el casco histórico de Perugia de un extremo a otro. O la exposición de fotografía de Walter Meregalli, que retrataba a ciudadanos de Perugia y transeúntes. Había laboratorios y talleres. Hasta que, en junio de 2016, finalmente dimos con un espacio físico en el que establecernos y vender nuestros productos. Se nos ocurrió este kiosco de Perugia, que había estado cerrado desde hacía mucho tiempo, pero que tenía una excelente posición en el casco histórico. Pensamos que sería realmente interesante recuperar ese kiosco y revolucionar su estética y su contenido.

Abrir —o, más bien, reabrir— un kiosco en la década de 2010 puede parecer una decisión temeraria. ¿Cuáles son las razones que os llevaron a emprender esta vía empresarial?

A decir verdad, todo fue muy espontáneo: es difícil citar los motivos. La idea inicial era que el kiosco fuese un lugar de agregación. Pero, cuando nos hicimos con el lugar, nos vimos en la necesidad de encontrar otras cosas con las que llenarlo, porque, evidentemente, no iba a bastar con nuestra revista y nuestras obras. Así empezamos a introducirnos en las cosas que nos gustaban a nosotros.

Empezamos con el arte, con el discurso político, social y libertario. Después llegaron las revistas. Al principio, tratamos con el clásico distribuidor de kioscos y enseguida nos dimos cuenta de que nuestro espacio no era más que un número para ellos. Éramos el kiosco (en italiano, edicola) número 518: ese es el origen del nombre del negocio.

Pero queríamos ir contra esa lógica: no nos gustaba esa manera impersonal de gestionar el asunto. Así que primero recurrimos a un distribuidor más pequeño; después, al ir viendo qué interesaba a nuestro público, nos orientamos hacia los llamados productos de nicho. Es verdad que el sector del papel puede parecer en crisis, pero no es menos cierto que, justamente por eso, conviene invertir en productos poco comunes y de calidad.

Creo que nuestro trabajo también ha conseguido en parte crear un público que antes no existía, al menos no un público de estas dimensiones. Lanzando una oferta nueva, en cierto modo hemos creado la demanda.

¿Cuál es vuestro modelo de negocio? ¿Os dedicáis exclusivamente a la venta de revistas y libros o también a eventos y otros servicios?

El corazón de Edicola 518 son los libros y las revistas, tanto en la tienda física como —sobre todo, desde la pandemia— en la tienda online.

Además, hay otras pequeñas actividades. Nosotros mismos somos editores y también tenemos una pequeña red de distribución informal que se basa en gran medida en el contacto directo. Algunas empresas recurren a nosotros para elegir productos de papel de nicho, en lugar de a distribuidores clásicos. Por último, tenemos iniciativas artísticas y un completo programa de verano de presentaciones y eventos relacionados no solo con los libros, sino también con las revistas, por lo que son muy variados.

Justamente las revistas parecen ser una de las características por las que se distingue vuestra oferta. ¿Siempre os ha apasionado este tipo de producto impreso?

Digamos que nos apasionaba por motivos de estudio, pero no estábamos muy formados en el tema. Cuando fundamos Edicola 518, acabábamos de salir de la universidad, como dije, por lo que nuestras pasiones estaban floreciendo justo en ese momento.

Con el tiempo, nos dejamos guiar un poco por los conocimientos que habíamos ido adquirido, un poco por la pasión y la curiosidad. Al final, si observan los canales correctos, las revistas impresas no son un mundo muy extenso.

¿Cómo creéis que está evolucionando el mundo de las revistas impresas en la actualidad?

Ha habido un cambio considerable. En nuestra opinión, se debe a que la gente se había cansado un poco de los contenidos en papel de baja calidad —los que ofrecen los periódicos, por ejemplo—, que a menudo parecen resúmenes de lo que se puede leer en Internet.

Pero fuera de Italia, sobre todo en el mundo anglosajón, ya había una oferta de revistas impresas de alta calidad. Las revistas son objetos preciosos, realizados con extremo cuidado y contenidos interesantes. En los últimos dos años, estos objetos de papel también han cosechado su público en Italia. De hecho, podemos ver cómo incluso en las grandes librerías a menudo existe un rincón dedicado a las revistas.

Aconsejadnos tres revistas que podrían gustar a los lectores del blog de Pixartprinting.

Sin duda, una podría ser TYPEONE, una revista muy conocida que trata sobre gráficos y tipografía centrados en temas específicos. Por ejemplo, el último número es sobre el writing, la tipografía inspirada en la calle.

Por otro lado, BranD es una revista que trata sobre identidad de marca (branding), embalajes (packaging) y diseño gráfico publicitario. Es una revista que gusta mucho.

Por último, una revista divertida es Pressing Matters . Explora el mundo de la impresión y deja mucho espacio al tema artesanal y tipográfico. Hay informes de tipografías, sobre los tipos móviles, sobre la tipografía…  En definitiva, te muestra no solo el trabajo de los artistas, sino también el mundo artesanal que hay detrás de la impresión.

Edicola 518 no es solo un kiosco: es un proyecto cultural que ha congregado a una pequeña comunidad, tanto online como offline. ¿Qué episodio puedes contarnos sobre la comunidad que te rodea?

Hay un episodio negativo y positivo al mismo tiempo. Hace unos meses, cuando llegamos al kiosco, nos encontramos el escaparate roto. Era la segunda vez que pasaba. Episodios como este, ya sean accidentales o intencionales, hacen que de manera bastante espontánea: te preguntes «pero ¿quién nos mandaba meternos en esto?». De hecho, administrar una actividad de este tipo es difícil: requiere mucha motivación también porque, aunque que vaya bien, ofrece una remuneración más baja que otros tipos de trabajos.

Sin embargo, entre tanta desmoralización, la comunidad nos ofreció la respuesta. Al día siguiente, el gerente de la vinatería de nuestra calle nos trajo una botella de vino como regalo. Nuestros clientes nos compraron libros y revistas, en la tienda física y la tienda online, como una forma de apoyo. Incluso hubo quien se ofreció a pagarnos los daños, pero lo rechazamos educadamente.

La respuesta participativa de todos, tanto a distancia como en la ciudad, nos demostró que en el fondo seguimos haciendo algo que la gente aprecia. En definitiva, a pesar de las dificultades, ciertas señales te hacen ver que no estamos aquí en vano.

Para terminar: ¿nos puedes adelantar algunos avances en cuanto al futuro de Edicola 518?

Como siempre, tenemos mucha carne en el asador, hasta el punto de que siempre es difícil seguir el ritmo de todas las ideas que se nos pasan por la cabeza.

En los últimos años, junto al kiosco hemos adquirido un espacio más amplio al que hemos trasladado la mayoría de nuestros productos. Por este motivo, decidimos diferenciar los espacios: actualmente, el kiosco está totalmente dedicado a libros de poesía. La poesía es un sector que nos interesaba desde hacía tiempo. Antes, nunca habíamos tenido tiempo de profundizar en él, pero en los últimos años lo hemos conseguido.

De este estudio sobre la poesía nació una colección editada por nuestra editorial, cuyo catálogo contempla tres próximos lanzamientos en breve.

El próximo 4 de septiembre se celebrará un festival organizado por nosotros en Porto dell’Olio, en Otricoli. Se trata de un lugar muy sugerente: un antiguo puerto fluvial romano a orillas del río Tíber. Los espectáculos previstos en el marco del festival versarán sobre el tema acuático. En efecto, el festival llevará a cabo una investigación que tenemos en marcha sobre la temática del río y que también se materializará en una próxima publicación.

Fotografía: Alberto Brizioli / Edicola 518