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Citas, un popurrí de géneros, algún que otro fetiche y mucha extravagancia: no cabe duda de que las características de Quentin Tarantino también saltan a la vista en el lettering que se utiliza para los títulos de cabecera de sus películas. ¿Cuántos otros directores conseguirían usar cuatro fuentes distintas en una secuencia de pocos segundos, como sucede en Kill Bill? Y luego están los homenajes al lettering de los spaghetti westerns, los préstamos de fuentes de las películas de serie B de los años setenta y algunos caracteres tipográficos que aparecen en prácticamente todas las películas.
En resumidas cuentas, también desde el punto de vista tipográfico, el maestro del cine americano parece no aburrirse nunca. Aquí encontrarás una recopilación de ejemplos de los títulos de cabecera más icónicos de las legendarias películas de Tarantino.
Reservoir Dogs
Reservoir Dogs —la primera película de Quentin Tarantino— se rodó con un presupuesto irrisorio, hasta el punto de que algunos actores tuvieron que llevarse al set de rodaje su propia ropa y su coche. Quizás sea precisamente esto lo que da a la película una pátina particular, a medio camino entre un producto casero y una vieja película policíaca. Tal como se intuye ya a partir de los títulos de cabecera.
Los protagonistas aparecen a cámara lenta en la ya célebre caminata, mientras en pantalla aparecen sus nombres: la fuente utilizada es la agraciada Palatino, en un color mostaza que se convertirá en la marca de la casa para casi todas las películas de Tarantino. Un éxito de los años setenta marca el ritmo de fondo. El título de la película se ha creado en la clásica fuente Garamond, otro carácter tipográfico agraciado que surgió en Francia en el siglo XVI y que ha llegado hasta nosotros con distintas modificaciones. Además, en Italia constituye una fuente «récord», como comentamos en este artículo.
Mientras los títulos van discurriendo limpiamente y a buen ritmo, el sonido nos sugiere que algo va a cambiar: suena una música tonta y, de fondo, se empiezan a oír unos extraños lamentos. ¿Recuerdas quién se ha metido en un buen aprieto?
Pulp Fiction
La más conocida de las películas de Quentin Tarantino —Pulp Fiction— da el pistoletazo de salida a una colaboración especial entre el director americano y Pacific Title, empresa de Hollywood especializada desde los tiempos del cine mudo en el diseño de los títulos. Pacific Title primero y su diseñador Jay Johnson después serán los autores del diseño gráfico de los títulos de todas las películas posteriores de Tarantino.
Tras mostrarnos la definición de pulp según el American Heritage Dictionary en una clásica Times New Roman, comienza una secuencia inicial que ya nos prepara para lo que veremos en las dos horas siguientes: diálogos callejeros, malas intenciones y referencias a los años setenta.
Los primeros títulos de cabecera están en ITC Busorama, una fuente sin gracias (sans serif) diseñada por Tom Carnase en 1970 que combina el art déco con un estilo «friki». Desde abajo, aparece el ya icónico título de la película en un carácter muy potente: el Aachen Bold de 1969. Superpuestos en blanco aparecen los créditos de los actores: la fuente usada es con total probabilidad ITC Benguiat modificada en las letras iniciales. Esta fuente agraciada fue creada en 1977 por el maestro del diseño de fuentes Ed Benguiat y también se usa para el logotipo de una reciente serie de televisión (adivina cuál).
Después, alguien cambia de emisora de radio y… nos encontramos en un Chevrolet con John Travolta y Samuel L. Jackson.
Jackie Brown
Las películas de Quentin Tarantino están plagadas de citas: de cintas underground, de policíacas italianas y de películas de serie B. En Jackie Brown —tercera película del director americano y probablemente la menos conocida— todo, hasta el lettering del título, es un grandioso homenaje a las películas blaxploitation. El blaxploitation es un género que surgió en EE. UU. en los años setenta que se puede resumir más o menos así: música funk, mucho soul, poco presupuesto y público de referencia afroamericano.
El diseño del título de la película acentúa las características funky de la ITC Tiffany, otra fuente creada por Ed Benguiat en 1974. La referencia principal es el cártel de Foxy Brown, película blaxploitation de 1974 interpretada por la misma actriz seleccionada como protagonista por Tarantino: Pam Grier. También el carácter utilizado para el logotipo de Foxy Brown fue creado por el prolífico Ed Benguiat: el Benguiat Caslon. No es de extrañar: Ed Benguiat es un longevo —hoy tiene 93 años— e importante diseñador de caracteres que ha concebido más de 600 fuentes, muchas de ellas para títulos cinematográficos.
https://www.youtube.com/watch?v=UKUpVZy0obM
Malditos bastardos
Como ya hemos visto, a menudo el uso de las fuentes en los títulos de cabecera de las películas de Quentin Tarantino recalca de alguna forma su estilo cinematográfico. Y, si hay algo que le encanta a Tarantino es aparecer en sus películas. Sus cameos son innumerables: en Pulp Fiction aparece en casa con John Travolta y Samuel L. Jackson con un gran problema que resolver, mientras que en Reservoir Dogs forma parte de la banda de maleantes.
En cierto modo, también en los títulos de cabecera de Malditos bastardos —sexta película del cineasta— hay un cameo suyo. En efecto, el título de la película está escrito de su puño y letra: la imagen se tomó de la portada de su guion final, completado en julio de 2008.
Los odiosos ocho
Los dos westerns de Quentin Tarantino ofrecen una estupenda oportunidad para recuperar algunos spaghetti westerns, también desde el punto de vista de los caracteres tipográficos.
La fuente usada para el título de Los odiosos ocho —la octava película de Quentin Tarantino— fue diseñada por Jay Johnson inspirándose en… ¡cientos y cientos de spaghetti westerns! En particular, el lettering casi divertido del título recuerda a las creaciones de Iginio Lardani, el «Sergio Leone» del diseño de los títulos —autor de las secuencias introductorias más famosas de este género—. Por último, los créditos de los actores en ITC Bookman color mostaza nos recuerdan—por si no lo hubiésemos entendido ya— que estamos viendo una película de Tarantino.
Érase una vez en Hollywood
La última película de Quentin Tarantino es una especie de fábula hollywoodiense, a medio camino entre el homenaje y la nostalgia: hay vestuario de época, coches de época, carteles de época y, naturalmente, mucho mucho lettering vintage.
Uno de los momentos más especiales de la película —para los que somos apasionados— es sin duda la escena en la que las letras del cartel iluminado de Hollywood se van encendiendo una a una. Una secuencia que nos regala treinta segundos de pura inmersión en el diseño gráfico de los años sesenta!
Pero hablemos de los títulos de cabecera. Empieza Érase una vez en Hollywood y nos sentimos como en casa cuando vemos las ya características fuentes ITC Bookman y ITC Busorama, naturalmente en color mostaza. Por su parte, el título de la película no hará su aparición hasta los títulos de cola, casi como para sellar el final de este cuento moderno.